Mezcla de Cafe UKIYO
Edición limitada.
Cafés con mas de 250 horas de fermentación.
Una taza de café aromáticamente explosiva, la más sensual en CUCURUCHO hasta el momento.
Notas aromáticas: Cerezas, uva muscat, chocolate, nibs de cacao; delicados toques de canela y piña madura.
Acidez jugosa, bien balanceada con la dulzura de frutas madura, taza de café con textura untuosa, redonda e intensa.
"Sólo vivimos para el instante en que admiramos el esplendor del claro de luna, la nieve, la flor del cerezo y las hojas multicolores del arce. Gozamos del día excitados por el vino, sin que nos desilusione la pobreza mirándonos fijamente a los ojos. Nos dejamos llevar, como una calabaza arrastrada por la corriente del río, sin perder el ánimo ni por un instante. Esto es lo que se llama el mundo que fluye, el mundo pasajero".
Edición limitada.
Cafés con mas de 250 horas de fermentación.
Una taza de café aromáticamente explosiva, la más sensual en CUCURUCHO hasta el momento.
Notas aromáticas: Cerezas, uva muscat, chocolate, nibs de cacao; delicados toques de canela y piña madura.
Acidez jugosa, bien balanceada con la dulzura de frutas madura, taza de café con textura untuosa, redonda e intensa.
"Sólo vivimos para el instante en que admiramos el esplendor del claro de luna, la nieve, la flor del cerezo y las hojas multicolores del arce. Gozamos del día excitados por el vino, sin que nos desilusione la pobreza mirándonos fijamente a los ojos. Nos dejamos llevar, como una calabaza arrastrada por la corriente del río, sin perder el ánimo ni por un instante. Esto es lo que se llama el mundo que fluye, el mundo pasajero".
Edición limitada.
Cafés con mas de 250 horas de fermentación.
Una taza de café aromáticamente explosiva, la más sensual en CUCURUCHO hasta el momento.
Notas aromáticas: Cerezas, uva muscat, chocolate, nibs de cacao; delicados toques de canela y piña madura.
Acidez jugosa, bien balanceada con la dulzura de frutas madura, taza de café con textura untuosa, redonda e intensa.
"Sólo vivimos para el instante en que admiramos el esplendor del claro de luna, la nieve, la flor del cerezo y las hojas multicolores del arce. Gozamos del día excitados por el vino, sin que nos desilusione la pobreza mirándonos fijamente a los ojos. Nos dejamos llevar, como una calabaza arrastrada por la corriente del río, sin perder el ánimo ni por un instante. Esto es lo que se llama el mundo que fluye, el mundo pasajero".